Lepanto es un pequeño pueblo, del tipo que con un pesteñeo podrías pasar por el sin darte cuenta, ubicado a unos 15 minutos de playa Naranjo en la provincia de Puntarenas este pueblito cuenta con lo escencial, una escuela, iglesia católica, un parque, la pulpería, un redondel y un bar con karaoke. Para llegar hay que tomar el ferry de playa Naranjo, (que si se viaja en la tarde cuenta con un bar con discoteca muy animada) donde nos recibe un pequeño muelle que apenas se asoma entre grandes piedras blancas. De allí el camino a Lepanto se caracteriza por plantaciones de melón, potreros y pequeñas lagunas artificiales usadas para criar camarón.

Voy a ver a doña Linda quien es una estadounidense a quien admiro por su espiritu aventurero y su determinación. Doña Linda construyó una pequeña casa prefabricada al fondo de un caserío en el pura centro de Lepanto, su casa esta rodeado de preciosos arboles centenarios desde donde los monos congo observan (y opinan fuertemente) acerca de lo que esta pasando por debajo de ellos. Antes un potrero olvidado la propiedad ahora es un jardín tropical con piso de tierrra que don Martín, su jardinero, peina todos los días con su rastrillo.
Doña Linda ya tenía un horno de barro hecho por un señor local con ladrillos y un recubrimiento de barro de playa con cenizas, sin embargo no funcionaba bien ya que contaba con una entrada en ambos costados del horno y un techo de lámina metálica que se retorcia con el calor y quebraba el recubrimiento de barro. Afortunadamente no fue una tarea díficil desarmar el horno existente, limpiar los ladrillos usados y recuperar el recubrimiento con la esperanza de poderlo reutilizar en el nuevo horno.

Una vez desarmado el horno existente empecé con lo mío; para esto marqué la circumferencia de la base del horno que me permitía el tamaño del soporte existente, hice una corona de cob (una mezcla de barro y arena) y lo rellené con arena que funciona como base para los ladrillos refractarios. Al día siguiente coloqué los ladrillos refractarios del piso y me puse a esculpir el molde de arena mojada que funciona como una estructura de soporte para las paredes del horno (para esto se requirió unos cuatro carretillos de arena de construcción). Una vez terminado el molde se pueden hacer las dos capas que constituyen las paredes, el primero es de una proporción alta de barro con arena y el segundo (que funciona como aislante y masa térmica) tiene una proporción altísima de pasto o paja.

Ya con las paredes terminadas y la chimenea instalada se tiene que dejar secar por una semana mínimo para luego aplicar el acabado. En este caso doña Linda le encantan las tortugas y me pidió que el horno asumiera esa forma un reto que asumí con mucho gusto. Mientras trabajaba en el acabado tuve el agrado de conocer a Juan Diego, un muchacho de tres años quien me ayudó a mezclar barro, tomar fotos y a motivarme con «que lindo se ve», «que lindo nos está quedanda».

El toque final fué una puerta hecha de tablas de cocobolo de un piso viejo y como agarradera una rama de palo de guayaba. Fue un gusto tener la oportunidad de trabajar en un proyecto tan emocionante en un lugar auténtico y con buena compañía.

¡¡Hasta la próxima!!
Cob Pizza Oven // Horno de barro pizzero Costa Rica from Ayal Bryant on Vimeo.